viernes, 17 de diciembre de 2010

Nueva WEB de BENEMÉRITAS ANÉCDOTAS

Ya se encuentra disponible la nueva WEB de Beneméritas Anécdotas en la dirección:

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Espero que os guste y que accedáis a ella cuando queráis. Indicaos que este blog permanecerá operativo simultáneamente.
La nueva web posee una pequeña encuesta que apenas os llevará más de 5 segundos y que ruego que cumplimentéis.
Gracias y espero vuestras visitas.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Para los lectores de Asturias

Estimados lectores, si bien habéis podido comprobar en los puntos de venta de la Editorial Paréntesis que el libro Beneméritas Anécdotas sólo se distribuye en todo el Occidente Asturiano a través de un único punto de venta en Luarca, actualmente, el departamento de marketing de Paréntesis está negociando con librerías de Navia y Tapia de Casariego la distribución de la obra. Sin embargo, he de indicar que es el librero quien acepta o no la distribución de la obra por lo que, si no logra distribuirse por determinados puntos, es por decisión de la librería y no de la editorial. Podéis si lo estimáis oportuno preguntar en vuestra librería habitual.

Por otro lado, hacer hincapié en la posibilidad de adquirir la obra vía internet y, por último, agradecer vuestro interés en mi libro y sus anécdotas.

Os dejo a continuación la entrevista concedida a QueFemos:
http://www.quefemos.com/entrevista-a-german-vaquero-autor-de--benemeritas-anecdotas-/events.1849/

Así como el artículo publicado por el diario La Nueva España:
http://www.lne.es/occidente/2010/11/24/guardia-civil-vale/998567.html

jueves, 14 de octubre de 2010

LANZAMIENTO DÍA 8 de NOVIEMBRE.

YA A LA VENTA

Finalmente, el 8 de Noviembre ha sido el día escogido por la editorial Paréntesis para publicar el libro "Beneméritas Anécdotas".

Sin embargo, y puesto que el proceso de distribución puede tardar aún unos días, he de comentaros que habrá librerías donde aún no esté disponible aunque ya se pueden hacer reservas y peticiones.

A continuación, expongo la dirección web de la editorial donde podréis conocer esos puntos de venta o directamente adquirir un ejemplar vía internet.

http://www.editorialparentesis.com/puntos-venta.aspx

Os recuerdo que también se pondrá a la venta en formato eBook.

Saludos y gracias a tod@s.

lunes, 6 de septiembre de 2010

¡ATENCIÓN! ¿Queréis que un correo electrónico os alerte de la publicación de una nueva anécdota?

Pues lo único que tenéis que hacer es pinchar en: "Click Aquí" en el enlace de contacto que encontraréis en la columna de la derecha. Rellenáis el pequeño formulario indicando que queréis suscribíos y lo enviáis, así recibiréis la noticia de la publicación directamente en vuestro mail.
También podéis utilizar este servicio para enviar al autor del blog cualquier duda o sugerencia que tengáis, así como cualquier otra cosa que queráis siempre indicando el motivo de vuestra consulta.
Y no olvidéis que tenéis también el FACEBOOK y el TUENTI del libro a vuestra disposición.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Una hostia del Copón.-

Casi como deducirán del título, y no es que haya optado a estas alturas por un lenguaje soez en mis relatos, la Iglesia y nuevamente un cura, serán protagonistas de una de mis anécdotas.

Otra simpática historieta que me contara un buen compañero en agradecimiento y como premio por haberle narrado aquel divertido encontronazo que en mi etapa asturiana, tuve con otro presbítero y que, bajo el título de «Pater Putatibus», ya os he transmitido en una publicación anterior en mi blog.

Proveniente de una pequeña aldea situada a orillas del Cantábrico, se recibía llamada en el puesto por parte del sacerdote del pueblo quien afirmaba encontrarse herido en el interior de su parroquia tras sufrir un accidente fortuito.

Y se preguntarán: ¿por qué el párroco llamó a la Guardia Civil antes que a una ambulancia? ¿Acaso no es más lógico llamar a los servicios médicos que al cuartel? La respuesta, al menos por aquellas tierras, es bien sencilla. La Guardia Civil es requerida para casi todo, lo que es, sin duda, un orgullo para este Cuerpo, aunque a veces..., para muestra un botón: prestando servicio de puertas, recibí una llamada de un campesino del Concejo de Villayón, en la montaña asturiana, donde me informaba que no tenía luz en la cocina. Y sí, han leído bien, parece que aquella buena gente se siente más tranquila poniendo en conocimiento de la Guardia Civil cualquier problema que se les presente que acudiendo directamente a la empresa de electricidad, agua, ambulancias, bomberos o cualquier otro servicio que precisen. Comprenderán ahora que el pater llamase antes al cuartel que a urgencias médicas «Llamo mejor a la Guardia Civil, que además de ayudarme, seguro que con ellos viene la ambulancia y el médico», debió de pensar y, de hecho, así fue.

Recibido el aviso del accidente en el cuartel, la patrulla del puesto se dirigió a su pequeña capilla, pudiendo constatar la veracidad de lo comunicado ya que hallaron al herido sentado en los escalones del altar de la iglesia con una considerable brecha en la frente de la que había brotado mucha sangre. Afortunadamente, había cortado la hemorragia usando una pequeña toalla en origen blanca, pero que se había tornado roja. Ello, junto con la sangre que aún conservaba reseca a lo largo de su rostro, evidenciaba el aparatoso incidente. Tras ser ayudado a levantarse y mientras esperaban a la ambulancia que el de puertas ya había solicitado, se le preguntó:

–Padre, ¿qué es lo que le ha pasado? ¡Está usted hecho un Cristo! –señaló uno de los agentes, inconsciente de la comparación que acababa de hacer.
–Nada, un pequeño accidente –contestó de forma concisa y un tanto mareado.
–Pero cómo un accidente, padre, si parece que acaba de pasar por aquí un huracán –añadió el guardia.

Al principio, el cura era reacio a contar los detalles de lo acontecido en aquel lugar, restándole importancia al asunto, pero los restos de sangre en su cara y también en el suelo junto al altar, un cubo de agua completamente derramado y su fregona a varios metros de distancia, el Copón Divino tirado por un lado y un cirial doblado tirado por otro junto a un trozo de vela rota, hacían pensar en algo más que una simple camballada.

Finalmente, el capellán confesó su nimio accidente. Indicó que, mientras limpiaba la iglesia con cubo y fregona, escuchaba un trascendental partido de fútbol entre el Celta y el Xerez en un pequeño transistor situado en el altar que, debido a la poca potencia de su antena, usaba el dorado Copón como improvisado amplificador.

Sin embargo, y mientras fregaba felizmente la zona próxima al púlpito, un gol del Xerez en los instantes finales del partido le trastocó todos los planes. Del coraje que le entró, sin que mi compañero y transmisor de la anécdota pueda precisar si había apostado algo en el encuentro o simplemente era ferviente seguidor del club vigués, pateó a lo Roberto Carlos el cepillo de la iglesia impactando este contra el improvisado Copón-antena que, a su vez, salió despedido cayendo del altar y golpeándose contra los escalones de mármol.

Pero ahí no quedó la cosa. De la inercia, al cepillo aún le quedó fuerza como para sobrevolar la zona cual platillo volante hasta chocar contra uno de los dos ciriales que había apoyados en la pared. El golpe, si bien no muy fuerte, sí fue lo suficiente para desequilibrar aquel enorme candelabro usado por los monaguillos en las ceremonias religiosas, por lo que el leñazo que daría contra el suelo sería considerable.

El pater, lanzando por los aires la fregona y tropezando con el cubo de agua, intentó en última instancia evitar el castañazo, pero el cirial, de unos quince kilos de peso, se coló entre sus manos, que no atinaron a atraparlo en el aire e impactó directamente y con violencia en su frente, provocándole la herida que presentaba.

Y de esta guisa, el pobre señor alcanzó como pudo la pequeña toalla que empleaba para limpiar el Copón y, usándola para evitar que manara más sangre, se dirigió al teléfono para llamar a la Guardia Civil.

–¡Ay que ver cuánto destrozo es capaz de hacer un simple gol, padre! –comentó el guardia tras escuchar la historia.
–Pues sí hijo, sí. Y además, perdimos –respondió cabizbajo su protagonista.

Seguro que a muchos seguidores pontevedreses del club de Balaídos les pesaría aquel gol en contra que le marcaron al borde del final del partido. Sin embargo, dudo mucho que a ninguno le doliera tanto como a nuestro infortunado protagonista.

¡Menudo porrazo y menudo destrozo!



(Vote a continuación qué le ha parecido la anécdota o deje un comentario, gracias).

© 2010 Beneméritas Anécdotas.